NGB

12 de abr de 20162 min.

Vértigo

La palabra «vertigo» en latín significa mareo. Originalmente, se utilizaba para hablar del mareo que siente una persona que está a una gran altura y ve la enorme distancia que la separa del suelo… pero también el vértigo surge cuando se desarrolla una actividad «sin red», es decir, con un rumbo incierto en el que los riesgos de hacer un desastre son muchos.

En el arte de la improvisación, los actores sienten una suerte de vértigo que, como toda situación riesgosa, es muy tentadora. En el Espacio Aguirre, todos los jueves, se presentan siete clowns, dos músicos y un director que están dispuestos a todo. Se lanzan a un mundo de incertidumbre donde no existen marcaciones ni preconceptos, no existen las consignas ni las estructuras, no hay más que un objetivo compartido: aventurarse a nuevas experiencias.

Algo poco habitual de ver: el director es parte de la escena. Desde su lugar entre el público, Marcelo Katz impulsa a los actores y a los músicos a liberarse de los estigmas de lo conocido y los alienta a explorar los peligros del vacío sin que el miedo al fracaso los paralice. Los invita a jugar con unos pocos objetos, con todo lo que puede haber tras bambalinas en un teatro. Los desafía a ensamblarse con la música, las luces y lo que surja de su propia interacción. Pero a la vez, el director se expone a los potenciales pérdida del control escénico.

Cada función es siempre distinta puesto que se trata de una obra que coquetea con la lógica del caos y de lo imprevisible. Lo único que se mantiene es el espíritu del juego y las escenas que se suceden arremolinadas y turbulentas, pero siempre tientan a la risa, que surge como una protagonista natural en medio de tanta adrenalina.

Vertigo es un viaje de exploración. Las emociones están al alcance de los artistas para crear atmósferas impensadas. Resulta curioso que ante tanta incertidumbre, el público también sienta la vertiginosidad con que se precipitan las acciones y también se fascine al contemplar teatro en estado puro.

Ficha de la obra
 

 
Actúan: Cecile Caillon, Lourdes Herrera, Gastón Jeger, Damián Luna, Diego Benjamin Pérez, Mariano Russo, Agustín Saiegh, Hernán Salcedo
 

 
Músicos: Cami Ibarra, Tano López
 

 
Operación de luces: Estefanía Piotrkowski
 

 
Diseño gráfico: Romina Salerno
 

 
Asistencia de dirección: Luis Cagnacci
 

 
Prensa: Marcos Mutuverria
 

 
Dirección: Marcelo Katz
 

 
ESPACIO AGUIRRE – Aguirre 1270
 

 
Reservas: 4854-1905 – 4857-9669

Esta reseña se publicó el 12 de abril de 2016 en La Cazuela

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