NGB

30 de abr de 20172 min.

Mujeres que cocinan con huevos

La cocina es la alquimia del amor. La frase de Guy de Maupassant encierra tantas verdades como misterios, pues no parece ser algo simple transmutar los elementos y convertirlos en algo bello o suculento, pero aun así, es un hecho cotidiano.

En «Mujeres que cocinan con huevos», de Patricia Palmer, una mujer recientemente viuda se reencuentra con sus compañeras de cocina y, mientras preparan un budín de naranja con chocolate, comparten sus pesares y sus secretos.

Con una estética muy de Doña Petrona, las tres amigas dan ánimos a Mecha (Mariana Fraga), quien tiene que presentarse en el juzgado al día siguiente. En la conversación, se descubre que el marido falleció de un modo extraño, pues solo se encontraron los testículos y el corazón del cadáver.

En la medida en la que avanza la trama, cada una revela sus secretos más íntimos: las infidelidades, las fantasías y los deseos, las relaciones poco convencionales, los encuentros furtivos, las situaciones de violencia en el hogar, la pérdida de la pasión en la pareja, las venganzas. Las amigas tienen puntos de vista muy opuestos, pero el cariño las mantiene unidas.

Un giro en la trama conduce a la protagonista al terreno de lo desconocido, a otra dimensión, donde aflora un aspecto insospechado de su veta culinaria. A través de la alquimia de la pastelería, el público podrá ver el estado del alma rota de quien no pudo ser, excepto, en la cocina.

Ficha de la obra
 

 
Autoría: Patricia Palmer
 

 
Actúan: Mariana Fraga, Olga Mancini, Gabriela Occhipinti, Susy Van Der Mell
 

 
Diseño de vestuario: Luis Vilches
 

 
Diseño de escenografía: Armando Bolatto
 

 
Diseño de luces: David Rosso
 

 
Diseño sonoro: Veronica Bonino
 

 
Operación técnica: Marcelo Medina
 

 
Asistencia de dirección: Teresa Abdala, Veronica Bonino
 

 
Prensa: Laura Mathieu
 

 
Producción ejecutiva: Teresa Abdala
 

 
Programación Artística: Veronica Bonino
 

 
Dirección: Patricia Palmer
 

 
TALLER DEL ANGEL - Mario Bravo 1239

Esta reseña se publicó en La Cazuela

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