Quizá una de las historias más fuertes del mundo del arbitraje en el fútbol argentino sea la de Fabián Madorrán, el famoso árbitro que dio su vida por la ley de juego: en junio de 2001, Instituto y Argentinos Juniors se disputaron la promoción. Madorrán anuló dos goles del equipo visitante, y todo se desbordó a tal punto que el «Checho» Batista, el DT de Argentinos, fue expulsado. Unos años después, Madorrán se quitó la vida.
Madorrán, de Jorge Drechsler, retoma la figura del árbitro y, crea, a partir de la fatalidad, un espacio de reflexión sobre la ley, el error y la conciencia. Ramiro Aguayo encarna a este polémico personaje como un héroe trágico, un hombre signado por la hybris de lo correcto, de la ley, de lo que se debe hacer, que busca imponer su postura en un entorno movido por las pasiones.
Si bien la obra encuentra su correlato en un hecho concreto, es claro que la intención no es biográfica. Un episodio puntual, un error, conduce a este hombre de reglas al abismo. La creencia ciega en la infalibilidad lo hunde en la confusión y a la revisión obstinada del momento en que todo se corrió de eje.
Con olor a crema desinflamante, tarjetas grabadas con sus iniciales y movimientos calculados e impuestos por el reglamento, el público atestigua la caída del árbitro que entregó su vida a la más caprichosa: la ley de juego.
Ficha de la obra
Autoría: Jorge Luis Drechsler
Actúan: Ramiro Aguayo
Diseño de luces: Santiago Lozano
Asesoramiento dramatúrgico: Marcos Perearnau
Asistencia técnica: Fernanda Labrit
Prensa: Walter Duche, Alejandro Zarate
Producción: El Brio Teatro, Agustin Garcia Medici
Dirección: Jorge Luis Drechsler
TEATRO ANFITRION - Venezue
Esta obra se publicó en La cazuela