NGB
24 de ago de 20162 min.
La idea de franquear el abismo inevitablemente conduce a una serie de asociaciones con Michel Foucault.
En Abismarse, de Analía Rosenberg, seis entes alienados, en la piel de Emma Chacón Oribe, Maia Mónaco, Emanuel Gaggino, Rodrigo Soko, Jack Syzard, y la propia Rosenberg, se reúnen con la intención de componer estados de ánimo, estados físicos y psíquicos, mediante sonidos. En la medida en que avanza la trama, los sonidos se articulan y construyen un sentido, y entonces, se transforman en música.
La creación de atmósferas tan diferentes e incompatibles transforma y desestabiliza el aparente equilibrio de la alienación, y, en consecuencia, los entes se convierten en individuos, se reconocen como seres vivos y, finalmente, asumen la responsabilidad de ser personas, músicos y, por lo tanto, artistas.
La crisis se manifiesta en todo su esplendor cuando los personajes se enfrentan ante la imperiosa necesidad de continuar produciendo y atravesando sus propios estados emocionales con el fin de fortalecer la composición de la obra de arte.
La música y la literatura son artes hermanas, hijas del tiempo. El lenguaje de los sonidos muchas veces suele expresar aquello que resulta imposible de decir con palabras. Es cuestión de lanzarse hacia el vacío sin terminologías y zambullirse en un mundo de expresiones puras. Eso significa abismarse.
Ficha de la obra
Idea: Analía Rosenberg
Cantantes: Maia Mónaco
Músicos: Emma Chacón Oribe, Emanuel Gaggino, Analía Rosenberg, Rodrigo Soko
Diseño de vestuario: Guido Lapadula
Diseño sonoro: Santi Lesca
Realización de escenografía: Mariana Cirulli, María Maidana Corpus
Realización de vestuario: Guido Lapadula
Realización de video: Melina Franco
Edición de sonido: Rodrigo Soko
Edición de video: Melina Franco
Danza: Jack Syzard
Dibujos: Adrián Lirman
Asesoramiento dramatúrgico: Claudia Carbonell
Asistente de producción: Virginia Mazzarella
Producción general: Abismarse
Dirección de actores: Claudia Carbonell
Dirección general: Analía Rosenberg
Centro Cultural Rector Ricardo Rojas – Corrientes -Av. Corrientes 2038
Esta reseña se publicó el 24 de agosto de 2016 en La Cazuela