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El paraíso perdido
Volver a ver El paraíso perdido diez años después es entrar en un territorio donde la memoria se hace cuerpo. En escena, fragmentos de vidas se entrelazan en un ritual que convierte lo íntimo en común. Globos que se escapan, expectativas que pesan, violencias que marcan y deseos que resisten: la obra nos recuerda que crecer es perder y, a la vez, crear con lo perdido. Tal vez el paraíso nunca se fue del todo; tal vez sigue ahí, esperando que nos animemos a buscarlo.
Nuria Gómez Belart
hace 2 días4 Min. de lectura
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