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Adrián Jiménez - Pionero de la Armónica Blues


De chico escuchaba bandas como The Rolling Stones y, a los trece, se fascinó con Muddy Waters.

La participación de la armónica en la música siempre le llamó la atención, ya desde entonces sabía que se trataba de un instrumento que debía ser estudiado con dedicación y seriedad.

Junto con su compañera inseparable, se abrió camino en el mundo de la música negra y hoy es uno de los referentes de la armónica Blues de Buenos Aires.

Fue el primer armonicista que tocó en el teatro Colón y tuvo la gran oportunidad de tocar en Chicago con grandes maestros. Unos minutos antes de salir a tocar, lleno de humildad y de amor por la armónica, Adrián Jiménez recuerda sus orígenes y habla sobre sus experiencias.

¿Cómo empezaste?

A los 19 años, después de comprarme mi primera armónica, tomé clases con Luis Robinson y, con él, aprendí a dar los primeros pasos. En cuanto a la técnica del instrumento, era todo muy nuevo. Me pasó los conocimientos que hasta el momento había del instrumento.

Seguí estudiando con los discos, como autodidacta, y a los pocos años, empezaron a llegar artistas de Estados Unidos para dar clínicas. En 1995, vino Bruce Ewans, un gran armonicista de Washington.

Cuando tuve mi primer encuentro con él, sentí que no sabía nada y que me faltaba mucho por explorar... Hacía cinco años que estaba tocando, incluso, había empezado a dar clases, y cuando lo conocí, me di cuenta de que todavía me faltaba explorar muchas facetas de la armónica. Aprendí muchísimo del desarrollo del instrumento y, gracias a ese clic, pude acceder a un mundo nuevo de técnicas de ejecución.

¿Hay algún artista al que consideres tu referente?

Hay muchos, porque grabaciones de armónica hay desde el ‘20 hasta la actualidad, y cada década tuvo sus grandes maestros. Uno de los más importantes para mí fue Walter Horton, por el sonido y la expresividad. Fue uno de esos artistas clave que me marcó para seguir estudiando. Pero hay muchos más: Sonny Terry, con ese sonido típicamente rural, o Little Walter...

Estudiar y profundizar en los grandes armonicistas permite entender mejor la música y ejecutarla de otra manera.

También fuiste uno de los pocos músicos argentinos de Blues que tocaron en Estados Unidos, ¿qué recuerdo tenés de esa experiencia?

Fue increíble, viajé en 2000. Fuimos con un grupo de músicos en un tour organizado por un gran productor, Adrián Flores para ver el Festival de Blues de Chicago. Estuvimos desde la semana previa y hasta la semana posterior al festival, en las que hay mucho movimiento de shows y de

ciclos.

Nos la pasamos, de bar en bar, durmiendo poco y viendo mucho. También dio para tocar, como invitado, en varios de los shows. Empezábamos al mediodía, a veces en la presentación de algún artista en la disquería de algún sello discográfico, y nosotros llegábamos medio dormidos porque el último show del día anterior había terminado a las cinco de la mañana.

¿Cómo te sentías tocando en una de las mecas del Blues?

Una de mis metas era llegar a tocar en Chicago. Me sirvió como un testeo para ver cómo estamos parados acá en Argentina en relación con el Blues de allá, y pude comprobar que muchos de nuestros músicos tienen un gran nivel en comparación con los de Estados Unidos.

Toqué con grandes músicos, con John Primer, con Billy Branch, con Eddie Taylor Jr., el hermano de Buddy Hodger, Scott Hodger, Dave Myers, y también toqué con otros músicos increíbles menos conocidos por una cuestión de popularidad nomás.

Lo bueno fue que no sólo estuvimos en shows en el centro de la ciudad sino que anduvimos mucho por los bares de las afueras de Chicago. Te puedo asegurar que son dos mundos diferentes. Con sólo correrse un poco del centro, la vida y la gente cambian de un modo impresionante.

¿Qué sigue después de Chicago? ¿Tenés algún proyecto de viajar próximamente?

Me encantaría viajar tocando por Europa, una asignatura pendiente para mí. Lleno de expectativas, con mucho camino por andar, Adrián Jiménez se despidió y se subió al escenario, donde su compañera de ruta lo esperaba ansiosa.

Armónica Blues

Adrián Jiménez habla sobre su primera producción: Armónica Blues, publicada de manera independiente y lanzada al mercado en 2006 como el primer disco de armónica Blues grabado y producido en el país.

«Me llevó cinco años producirlo. Fui grabando sesiones en estudio hasta tener un número importante de temas y, sobre esa base, se hizo la selección. Hay seis instrumentales de mi autoría, tocados con armónica blusera y cromática; el resto son versiones propias —muchas surgieron espontáneamente— de temas clásicos que siempre me gustaron. Toqué con cerca de quince músicos que me brindaron su apoyo, y fue muy emocionante la experiencia, de hecho ya estoy pensando en un próximo disco para empezar a grabar el año que viene.»

Esta entrevista se publicó en el primer número de Notas Negras, en diciembre de 2008


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