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Carne viva


Un dicho popular dice que si la carne sufre es porque aún vive… y entonces, comienza la paradoja.

Carne viva, de Denise Despeyroux, dirigida por Agustín Bellusci, es una historia recurrente. Tres espacios de La Casona son el escenario de esta obra de estructura abierta: una comisaría, para afrontar los ajustes y recortes en su presupuesto, subalquiló dos habitaciones a una hipnotista y a una profesora de baile. Los tres actos de esta comedia transcurren simultáneamente. En consecuencia, la misma obra tiene tres principios y tres finales diferentes, según el recorrido que realicen los espectadores.

En la sala alquilada por la hipnotista, el público conoce el tramo más cercano a lo inconsciente de los personajes. Ella, a su vez, sub-subalquila la habitación a un joven al que nadie puede ver dentro del edificio de la comisaría. Todos los personajes caen ante la influencia de las artes hipnóticas de esta mujer. Allí, una bailarina en trance interrumpe, en estado de shock, la discusión de los hipnotistas: la profesora de danza ha muerto de un modo inesperado.

En la comisaría, los oficiales y el comisario habiendo vivido tiempos mejores, se vieron forzados a convivir en un único despacho. Pero además de esta difícil convivencia entre ellos también tienen que aprender a convivir en su comisaría con mundos muy ajenos: el de esa profesora de baile catalana y el de una profesional de la hipnosis. Acostumbrados a la especulación, su acercamiento a la realidad es en primer lugar a través de sus mentes, de sus reflexiones, aunque estas a veces parezcan ir en contra de los hechos y del sentido común: se debaten ante la responsabilidad de una muerte inexplicable en una situación de ilegalidad, a la vez que el hijo del comisario, que asiste a las clases de danza, parece ser el único sospechoso.

En la clase de danza, se descubren los personajes en su faceta más conectada con el cuerpo y la expresividad. Sin embargo, todo se vuelve un enigma en el momento en que la profesora de danza manifiesta su deseo de morir y desaparecer.

Carne viva es una pieza divertida repleta de situaciones absurdas que llevan al público a cuestionar, desde la risa, la actitud enrevesada con que se suele afrontar la realidad más sencilla de la vida cotidiana.

Ficha de la obra Autoría: Denise Despeyroux Actúan: Carolina Barbosa, Agustín Bellusci, Luciano Cazaux, Miguel Angel Farías, María Hernández, Matias Palacio, Facundo Salomón, Eva Selva, Lucas Tavarozzi, Fabiana Uría, Marcelo Vacas Espacio escénico: Coky Freydier Asistente de producción: Julieta Ceolin, Mariana Luz Rodriguez Asistencia de dirección: Julieta Ceolin Dirección: Agustín Bellusci TEATRO LA CASONA – Corrientes 1975

Esta reseña se publicó el 22 de septiembre de 2016 en La Cazuela


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