Hubo épocas en que a los mayores se los veneraba; otras, como la actual, en que son marginados por la intolerancia de los más jóvenes.
Memento mori, de Muriel Spark, fue escrita para personajes que superan los ochenta años, y, en la versión de Luz Orlando Brennan, algunos llegan al centenario.
La historia gira en torno a las reacciones de varios personajes que reciben llamadas de acoso con una sentencia fatal: «Recuerde que debe morir». El tópico latino se resignifica aquí, pero, contra todo pronóstico, no se manifiesta en una reacción de histeria colectiva vacía de sentido.
Un solo personaje transforma la adversidad hasta cierto punto, la escritora Hebe Barrenechea (Nelly Prince), quien es tomada por una mujer venida a menos, cuya cordura es solo un recuerdo. Sin embargo, desde sus «desvaríos», muestra la posición más sensata: los años no borran aquello que moldeó las relaciones. Es muy difícil liberarse de la máscara que se llevó toda una vida, pero lo admite.
Esta comedia negra propone una cruda reflexión sobre lo que suponemos que será una actitud «madura» cuando ya no queda mucho tiempo en este mundo, y con la reflexión surge una pregunta despiadada: ¿qué estamos esperando para ser auténticos?
Ficha de la obra Autor: Muriel Spark Adaptación: Luz Orlando Brennan Actúan: Amanda Busnelli, Ricardo Coniglio, María Elena Mobi, Yuyo Morilla, Ana Isabel Posca, Nelly Prince, Yoana Redondo, Pablo Rinaldi, Emma Luisa Rivera, Karina Scheps, Pía Uribelarrea Diseño de vestuario: Mariana Seropian Diseño de escenografía: Ariel Vaccaro Diseño de luces: Braian Brown Producción musical: Estudio Le Palm Música: Santiago Villalba Asistencia musical: Samuel Sahlieh Asistente de producción: Ana Paula Figuerero Asistencia de dirección: Rodrigo González Alvarado Prensa: Carolina Alfonso Producción ejecutiva: Camila Castro Coreografía: Laura Chidichimo Dirección: Luz Orlando Brennan EL CAMARÍN DE LAS MUSAS – Mario Bravo 960
Esta reseña se publicó el 2 de diciembre de 2016 en La Cazuela