Miguel de Cervantes Saavedra dijo alguna vez que «La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu».
Cuarteto, de Eduardo Rovner, trata sobre los ánimos descompuestos, pero no de la manera en que pensó Cervantes, sino desde la óptica contraria. Es una gran alegoría sobre las mayores miserias humanas, movidas por la ambición y la soberbia: la insensibilidad, la indiferencia y la intolerancia.
Cuatro dicentes de músicos, obsesionados con Beethoven, se reúnen en la casa de uno de ellos para formar un cuarteto de cuerdas. En el cuarto lindante, la esposa del pseudomúsico agoniza, y anhela la llegada de los remedios que el hijo nunca traerá.
Como en una cadena de dominantes más cercana a Wagner que a Beethoven, las interrupciones de la mujer provocan tensiones en el ensayo, donde la atmósfera se enturbia y nacen los impulsos más rastreros. Plena de humor negro, la obra se desarrolla entre el grotesco y el absurdo, con una impronta fuerte de teatralidad.
Entonces, la música descompone los ánimos hasta el patetismo y se satisface con los deseos más oscuros que nacen del espíritu sádico de quien se cree artista.
Ficha de la obra Autoría: Eduardo Rovner Actúan: Mauricio Chazarreta, Javier Guerrero, Romi Pinto, Pedro Risi, Iván Steinhardt Vestuario: Altro Ké Compañía Teatral Escenografía: Altro Ké Compañía Teatral Edición musical: Sebastián Demarco Asistencia de dirección: Romi Pinto Supervisión Musical: Sebastián Demarco Dirección: Gaby Fiorito BELISARIO CLUB DE CULTURA. Av. Corrientes 1624
Esta reseña se publicó el 13 de enero de 2017 en La Cazuela