«La vida no es más que una sombra en marcha; un mal actor que se pavonea y se agita una hora en el escenario y después no vuelve a saberse de él: es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no significa nada». La frase de Macbeth nunca fue tan actual como en estos días. Las ambiciones, el deseo cegado de poder y la falta de conciencia por el otro son temas que se repiten y se repiten en nuestra sociedad, y parecen marcar un camino sin retorno.
Macbeth, yo no me voy a morir, de Jorge Eines es una recreación de la tragedia shakesperiana protagonizada por Florencia Limonoff y Coni Marino. Con muy pocos recursos –mantas agujereadas, sillas rotas, una soga de hilo sisal, unas cajas desvencijadas, la variación en las voces y en los gestos- estas dos actrices encarnan las voces de los personajes de Macbeth y los hacen dialogar en un espacio decadente, despojado, destruido.
La obra se focaliza en el drama de la persistencia y la inmortalidad. Macbeth y su esposa, cuando matan por poder, quedan atrapados en la trampa infernal del querer más. Los personajes que emergen son apenas recuerdos que atormentan la conciencia de los protagonistas in aeternum, como una suerte de condena en la que no podrán dormir nunca más.
La identificación es fuerte, porque todos, en algún momento, nos encontramos ante la disyuntiva de traicionar nuestra propia naturaleza en favor de algo que anhelamos. Macbeth es un reflejo de la esencia de lo humano, y, en la versión de Eines, se destacan frutos de las acciones sin prudencia, como una reflexión o una profecía, como una señal de atención o como el vislumbrar de un sino trágico.
Ficha de la obra Sobre textos de: William Shakespeare Dramaturgia: Jorge Eines Actúan: Florencia Limonoff, Coni Marino Dirección: Jorge Eines
Prensa: Octavia Comunicación CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACIÓN - Corrientes 1543
Esta reseña se publicó en La Cazuela.