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Las Ocampo: dos voces, encuentros y distancias


La aventura de la vida merece ser contada. En un ciclo de biorrelatos creado por Ana Padovani, grandes figuras del Teatro y la Literatura se convierten en protagonistas de una escena que no escribieron.

Padovani define «biorrelatos» la forma particular de contar la vida de un artista y aquellos aspectos de su trayectoria que lo hicieron brillar en el transcurrir de la historia. Niní Marshall, Roberto Arlt, Alfonsina Storni, Horacio Quiroba y tantos otros son reflejo del pasado y han dejado su arte como legado de una cultura. El ciclo de biorrelatos, en un movimiento pendular entre la realidad y la ficción, busca recrear la historia de vida y darle un sentido actual a aquello que marcaron sus huellas.

En un escenario despojado, donde una banqueta, una silla, una mesa y un atril son el centro de atención, los protagonistas surgen desde la palabra. Así se relatan los amores, las frustraciones, los momentos de creación, las reflexiones de estos seres, que ya no están y que conforman nuestra identidad como nación.

En el caso de Victoria y Silvina Ocampo, Ana Padovani recorre la vida de ambas hermanas unidas por el amor por las Letras, pero distanciadas en su forma de percibir el mundo. Sus anécdotas, sus aventuras, sus escritos todo sirve para traer al ahora un desempolvado recuerdo de otras épocas, donde las apariencias lo eran todo, la educación de las señoritas tenía ciertas limitaciones y la sociedad se regía por reglas diferentes.

Victoria, la mayor de seis hermanas, asumió el rol de pionera en un mundo conservador que necesitaba de algunos cambios: mujeres que usaran pantalones, que fumaran en público, que pudieran conducir automóviles (aunque la llamaban el terror de las calles). Victoria Ocampo fue una mujer hacedora de cultura: alentaba a los escritores a producir y los ayudaba a publicar. Era una mujer que hacía lo necesario sin importar las opiniones ajenas. Si lo veía correcto, lo llevaba a cabo.

Silvina, la menor de las seis, no tuvo la necesidad de sentar precedentes en la sociedad. Curiosamente, tenía una visión tradicionalista sobre las acciones de la hermana. Pero, aunque no compartiera el punto de vista, había un lazo muy sólido entre ellas. Silvina Ocampo vivió en la sombra, sobre todo, de dos grandes hombres: Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges. Era una gran escritora, pero quedó eclipsada entre dos astros de nuestra literatura, y, solo tras su muerte, consiguió reconocimiento por sus escritos, un tanto macabros, pero geniales.

Es claro que Ana Padovani, cuando trae a escena las vidas de estas grandes figuras, ante todo, quiere mostrar que el artista no es solo sus escritos. Latente en cada palabra, en cada narración, en cada obra, hay un ser humano con una gran reserva de experiencias, saberes y emociones que deben ser contadas y que hacen, del protagonista de cada biorrelato, un ser que merece revivir y ser reconocido para no caer en el olvido apático tan característico en nuestros días.

Ficha de la obra

Idea: Ana Padovani

Texto: Ana Padovani

Actúan: Ana Padovani

CELCIT - Moreno 431


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