Según Borges, somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos. ¿Se puede recordar algo no vivido? ¿Se pueden transmitir las vivencias de una memoria a otra?
Las palabras de Borges parecen haber inspirado la puesta en escena de La bestia invisible, de Nayla Pose. Un mosaico de voces fragmentadas confluye en la escena. Cada uno trae un recuerdo y lo comparte, lo traspasa, lo libera.
Un grupo de jóvenes (Emmanuelle Cardon, Florencia Halbide, Germán Leza, Paola Lusardi, Federico Manzioni, Loló Muñoz, Julián Ponce Campos, Nayla Pose, Nahuel Saa, Mariano Saba, Lucia Szlak, Marian Vieyra) se reúne para discurrir sobre aquello que conforma la identidad de una persona, sobre todo, el modo en que los recuerdos nos configuran. Cada relato tiene su propia impronta y crea una atmósfera diferente: las palabras de los abuelos, las caricias que nos dejan grabadas en la piel, las huellas de la infancia, la visión inocente de la infancia, los cuentos que leíamos o que nos leían, las preguntas y los temores, todo se sucede en una conversación intimista de confesiones articuladas con luces y sonidos no convencionales.
Los diez monólogos buscan interpelar al público desde un ángulo diferente. La memoria se activa como un disparador de la creatividad y permite traer a escena diferentes realidades. Las bestias surgen de la rememoración. Son invisibles pero se manifiestan como una certeza inconstante en aquello que somos con nuestra memoria.
Ficha de la obra
Dramaturgia: Nayla Pose
Texto: Emmanuelle Cardon, Florencia Halbide, Germán Leza, Paola Lusardi, Federico Manzioni, Loló Muñoz, Julián Ponce Campos, Nayla Pose, Nahuel Saa, Mariano Saba, Lucia Szlak, Marian Vieyra
Actúan: Emmanuelle Cardon, Florencia Halbide, Germán Leza, Paola Lusardi, Federico Manzioni, Loló Muñoz, Julián Ponce Campos, Nahuel Saa, Lucia Szlak, Marian Vieyra
Diseño gráfico: Lucia Szlak
Prensa: Nahuel Saa
Dirección: Nayla Pose
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