El café se ha convertido en un sello indiscutido de la cultura porteña. Rubén Darío decía que una buena taza de su negro licor, bien preparado, contiene tantos problemas y tantos poemas como una botella de tinta.
Alberto Madín se inspiró en el Hombrecito de Pais y Torchelli, y creó Sueños de Café, una obra que trata de un encuentro casual de dos desconocidos (Rolando Alvar, Roberto Luber) que conversan sobre un incidente. El diálogo los conduce a lugares insospechados. Sus gustos por la música nacen en una discusión más que frecuente en la cultura del bar porteño, y permite el despliegue de historias que llevaron a cada uno de los personajes a ser como son ahora.
Gardel, Pedro Vargas, Eydie Gormé y Sandro y tantos otros artistas del tango y del bolero se manifiestan en escena gracias a estos dos personajes que, en el transcurso de la conversación, se harán amigos y colaborarán, el uno con el otro, para alcanzar sus sueños.
Sueños de Café es una dulce historia, llena de humor y de emociones. La obra gira en torno al problema de no permitirse ser quien uno quisiera ser, ya sea por el temor al qué dirán o por fracasar en el intento. Es una muy linda reflexión que valora la amistad desde ese lugar tan nuestro: el diálogo con una taza de café en la mano.
Ficha de la obra
Autoría: Alberto Madín
Actúan: Rolando Alvar, Roberto Luber
Asistencia de dirección: Ricardo De Garay
Prensa: Tehagolaprensa
Producción ejecutiva: Roberto Schverdfinger
Puesta en escena: Alberto Madín
Dirección: Alberto Madín
BORGES 1975 - Borges 1975
Esta reseña se publicó en La Cazuela