El que no haya llorado en la evocación de un recuerdo en medio de una sesión de terapia, que arroje la primera piedra. El psicoanálisis, esa herramienta con la que se emprende un viaje introspectivo al abismo de nuestras emociones más turbias.
La sensación de cavar un pozo, descender hacia las profundidades de la mente, donde habitan los miedos más oscuros, incluso, aquellos que aún no tienen nombre. Sergio cava ese pozo y le pone nombre y apellido a cada uno de sus traumas en VHS: un retrodrama rebobinado, una obra teatral que trasciende las fronteras del escenario y se adentra en el complejo mundo de un hombre solitario que abre su corazón y sus miedos ante el público.
Escrita e interpretada por Nicolás Capristo, bajo la dirección de Tomás Soko, esta obra propone un recorrido en el que nos vamos chocando con cada uno de esos traumas: su compañero de jardín de infantes, cuya influencia negativa arruinó su prometedora carrera artística; su primer amor de secundaria, una experiencia dolorosa que se originó en la falta de reciprocidad. Finalmente, Cacho, el hombre que alquila los autitos eléctricos en el parque y que sostiene que hay una edad para disfrutar de una actividad tan divertida. Cacho encarna la humillación y la frustración que Sergio experimentó al tratar de adaptarse a las expectativas sociales y lidiar con los prejuicios de la sociedad. La narrativa se teje con maestría alrededor de estos traumas, explorando cómo han dejado una marca indeleble en la caja negra del protagonista.
Destacar el trabajo interpretativo de Nicolás Capristo es insuficiente. Sergio, más que una creación es una proeza, pues trasciende las tablas y se arraiga en el alma del espectador. En especial, es sorprendente la capacidad del artista por desarrollar un tono natural que solo le pertenece a Sergio.
La trama se entrelaza ingeniosamente con el lenguaje cinematográfico, una obsesión constante en la vida del personaje. Su amor y su conocimiento exhaustivo sobre el cine, sus actores y actrices, así como los premios que cada película obtuvo, añaden capas de profundidad y generan momentos cómicos. Las referencias cinematográficas son un medio para expresar sus emociones y experiencias de una manera cautivadora.
La música, los efectos sonoros y las luces elevan a VHS a un nivel superior. Cada nota musical, cada sonido ambiental y cada posición de luces contribuyen a crear un espacio envolvente.
VHS: un retrodrama rebobinado es la combinación de un guion ingeniosamente escrito, una dirección cuidadosa y una interpretación excepcional. Es una obra que provoca risas, lágrimas y reflexiones, todo al mismo tiempo. Contrario a lo que ocurre con la terapia psicoanalítica, Sergio y Nicolás Capristo transitan un camino catártico que proponen reflexionar sobre los propios monstruos internos y encontrar, en el abismo en el que habita este personaje, la redención en la belleza del cine.
Ficha de la obra
Idea: Nicolás Capristo
Dramaturgia: Nicolás Capristo
Intérpretes: Nicolás Capristo
Diseño de vestuario: Milagros Gallo
Diseño de escenografía: Lina Boselli
Diseño Audiovisual: Julián Gotkin
Redes Sociales: Natalia Mansueto
Interpretación Musical: Malena Caporaletti
Diseño De Iluminación: Mariano Basile
Fotografía: Enzo Cejas
Diseño gráfico: Maia Alzugaray
Texto De Mano :Julieta Romano
Asesoramiento dramatúrgico: Diego Mauriño
Asistencia técnica: Nicole Wejcman
Prensa: Tehagolaprensa
Producción: Julieta Romano
Colaboración en dramaturgia: Tomás Soko
Puesta en escena: Diego Mauriño
Dirección: Tomás Soko
Composición Musical: Malena Caporaletti
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